Mensaje semanal para diciembre 1, 2024
¿Alguna vez tienes que decir adiós?
Decirle
adiós a quienes han sido
parte de nuestras vidas
y nuestro trabajo
durante décadas es un
gran desafío porque,
como sugiere William
James, nuestras
experiencias y
relaciones moldean
nuestra propia identidad.
La filosofía de James
enfatiza que el yo no es
una entidad aislada sino
una colección de
experiencias, relaciones
y emociones. Aquellos
que han estado con
nosotros durante tanto
tiempo se convierten en
parte integral de
nuestro sentido del yo,
influyendo no solo en
nuestras acciones sino
también en cómo
entendemos nuestro lugar
en el mundo. Separarnos
de ellos se siente como
una pérdida parcial de
nosotros mismos, una
interrupción de la
complicada red de
significado que hemos
construido juntos.
James también sostuvo
que los seres humanos
son inherentemente
sociales y prosperan
gracias a la conexión y
a un propósito
compartido. Los colegas
y compañeros de toda la
vida no son solo
personas que conocemos;
son cocreadores de
nuestros éxitos,
recuerdos compartidos y
los valores que nos
guían. Esta historia
compartida forma un
vínculo que es
profundamente humano.
Decirle adiós a esas
personas no es
simplemente un cambio
logístico; es cortar los
hilos que se han tejido
en la trama de nuestras
vidas, dejándonos con
una sensación de vacío o
desorientación.
Más aún, James creía en
la importancia de la
continuidad de la
experiencia como base
del significado. Décadas
de colaboración o
amistad crean una
narrativa contínua, una
historia de crecimiento
mutuo, desafíos
superados y aspiraciones
cumplidas. Separarse de
quienes han sido parte
de este viaje es
enfrentar una
interrupción en esa
narrativa. El vacío que
dejan nos desafía a
reconciliar el pasado
con un futuro
desconocido, lo que hace
que el acto de dejar ir
no solo sea
emocionalmente difícil
sino existencialmente
conmovedor.
¡Mantengan la fe!
Reverendo Dr. Henry Lee
Bates